Si eres madre, es probable que hayas escuchado hablar del dolor por crecimiento en la infancia. También conocido como "dolor de crecimiento", es una molestia común que afecta a muchos niños en edad escolar. Aunque no es peligroso y no sugiere problemas de salud subyacentes, puede ser muy molesto.
¿Qué es el dolor por crecimiento?
Se manifiesta como una sensación de ardor, dolor o molestia aguda en las piernas, con frecuencia en la parte delantera de los muslos, las pantorrillas o detrás de las rodillas.1
Aunque los médicos no han identificado una causa precisa, se cree que está relacionado con el crecimiento óseo. A medida que los huesos de los niños se expanden, los músculos y tendones se estiran y tensan, lo que puede provocar dolor. Es más común en niños y niñas de entre 3 y 12 años.2
Es importante saber que, aunque se les llama "dolores por crecimiento", estos no están relacionados con el crecimiento en sí, sino con el estrés que se ejerce en los músculos, huesos y articulaciones al crecer.
La mayoría de las veces suele sentirse como molestias o dolores intermitentes en las piernas. Estas sensaciones suelen ser difusas y pueden variar en intensidad, desde leves hasta moderadas. Aunque el dolor puede ser incómodo, por lo general, no es debilitante y tiende a desaparecer después de un período de tiempo.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de este tipo de dolor?
Cabe resaltar que los síntomas pueden variar de un niño a otro, pero los más comunes incluyen:1
- Dolor en muslos, pantorrillas o detrás de las rodillas.
- El dolor aparece en ambas piernas.
- En ocasiones, puede haber dolor en los brazos.
- Dolor que aparece tras realizar actividad física intensa.
- Ocurre durante la noche e incluso puede llegar a despertar al niño.
- Puede haber dolor de cabeza.
Es posible que no sea necesario hacerle pruebas adicionales a tu hijo para diagnosticar los dolores de crecimiento. A veces, el médico podría recomendar hacer análisis de sangre o radiografías, solo para asegurarse de que no haya otras razones detrás de los síntomas que está experimentando.
No todos los dolores de piernas en niños son causados por los dolores de crecimiento. En algunas ocasiones, el dolor podría estar relacionado con otros problemas que se pueden tratar. ¡No dudes consultar al médico de tu hijo si tienes preocupaciones!
¿Cuáles riesgos y señales de alarma debes tener en cuenta?
La causa de estos dolores de crecimiento no se conoce. Pueden aparecer los días en los que el niño ha realizado más actividad física de lo normal.3 La mayoría de los dolores por crecimiento son inofensivos y no requieren tratamiento médico. Sin embargo, en raras ocasiones, el dolor puede ser causado por otra afección subyacente, como una infección o una lesión.
Si tu hijo presenta alguno de los siguientes síntomas, es posible que debas buscar atención médica:1
- Dolor intenso o persistente.
- Dolor que afecta a una articulación.
- Dolor que impide el movimiento normal.
- Fiebre o enrojecimiento e hinchazón en la zona afectada.
¿Cómo puedes ayudar a tu pequeño a manejar el dolor por crecimiento?
Cuando nuestros hijos experimentan dolores por crecimiento, es natural querer aliviar su incomodidad de la mejor manera posible. Estos dolores, aunque temporales, pueden generar preocupación. Los enfoques no invasivos suelen ser efectivos para proporcionar comodidad en pocas horas.
¡Buenas noticias! Hay algunas medidas que puedes tomar para ayudar a manejar el malestar:4
- Dale un masaje con movimientos suaves y circulares en la zona del dolor.
- Aplica compresas de calor o frío en la zona afectada.
- Consulta a tu médico para el tratamiento adecuado. Si dentro de la prescripción se encuentra un analgésico como ibuprofeno o paracetamol, descubre las opciones de Tempra® para uso infantil* y procura aplicar la dosis recomendada.
- Fomenta el ejercicio. Las actividades físicas leves pueden ayudar a estirar y reducir la tensión.
- Crea una rutina relajante antes de dormir. Un baño tibio, la lectura de un libro o la meditación son buenas opciones.
- Asegúrate de que esté cómodo en la cama. Ponle una manta térmica o una almohada debajo de las piernas para aliviar la tensión.
Además de las estrategias físicas, brindar un apoyo emocional adecuado puede marcar una gran diferencia en cómo los niños manejan el dolor por crecimiento. Escucharlos con atención y validar sus sentimientos puede ayudarles a sentirse comprendidos y más tranquilos.
El proceso de crecimiento es único para cada niño, y los dolores de crecimiento pueden variar en intensidad y duración. Es importante recordar que el alivio puede llevar tiempo y requerir paciencia. Mantener una actitud comprensiva y paciente es esencial para ayudar a tu pequeño a sobrellevar este proceso.
Este artículo contiene información general y no pretende sustituir el consejo médico. Todo el contenido presentado en esta página web no tiene el propósito de diagnosticar o prescribir. En todos los asuntos relacionados con la salud, consulta a tu profesional sanitario.
*Lea las instrucciones de uso de cada producto. Utilice el producto solo según las indicaciones. El uso incorrecto puede resultar perjudicial. Si los síntomas persisten, consulta a un médico de confianza. No se deje al alcance de los niños.